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La industria de alimentos es uno de los ejemplos más clásicos de la aplicación de secado, granulación, recubrimiento y microencapsulación mediante secadores por pulverización y lechos fluidizados. Estas formas en polvo o gránulos son muy deseadas en la industria alimenticia por su baja humedad, lo que favorece una mayor estabilidad físicoquímica y microbiológica de los productos, ya que la eliminación de la humedad es uno de los métodos más clásicos de conservación de alimentos.

Así, la fabricación de productos naturales o sintéticos secos, microencapsulados, granulados o recubiertos por procesos de secado por aspersión o lecho fluidizado, puede generar una variedad de aplicaciones especiales para aromatizantes, saborizantes, colorantes, conservantes, antioxidantes e incluso sustancias con actividades beneficiosas para la salud, aportando nuevos matices como mayor estabilidad a la luz, oxidación, humedad entre otros, disimulación de sabores y olores, liberación lenta o dependiente del pH, e incluso mejora de propiedades como apariencia y fluidez.

Algunos ejemplos de productos que ya llevan consigo las tecnologías productivas que involucran secadores por aspersión y lechos fluidizados son:

• Aromas, Cereales, Extractos, Café (negro, verde, mate) y colorantes naturales/sintéticos;
• Hidrolizados de proteínas;
• Verduras en polvo (como zanahorias, remolachas, espinacas, alcachofas, porotos - o frijoles - y otras para hacer sopas, por ejemplo);
• Productos derivados del maíz y la mandioca, almidón, maltodextrinas;
• Productos derivados de la soja, como leche de soja entera, extracto soluble, proteína de soja aislada;
• Productos lácteos;
• Levadura de cerveza, caña, etc.;
• Grasa en polvo;
• Huevos en polvo, enteros, yema y clara.